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Hace unas semanas descubrí que mis emociones afectan directamente mi vida entera. Es increíble como el estar triste, estresada o preocupada puede hacer que mis finanzas, mi salud, mis relaciones personales, mi trabajo, etc… que todo se vaya al suelo. Cuando no tengo control sobre mis emociones no hay planificación que valga, yo simplemente demoro un mundo en avanzar.
En el diario laboral, sobre todo cuando es necesario trabajar en equipo, tendrás que afrontar diferentes situaciones que salen de tu control, las cuales debes intentar manejar para que el impacto que cause en tu vida sea lo más efímero posible. A continuación te listo algunos consejos que me han ayudado muchísimo para soltar mis emociones y relajarme:
1. Acepta la locura
Algunas veces tendrás que lidiar con organizaciones o liderazgos ilógicos, personas a quien no entiendes, personas que no puedes predecir, personas que no entiendes en base a qué toman sus decisiones pero que terminan afectando tu trabajo. Ante un escenario como ese lo único que puedes hacer es dejar claramente tu criterio, siendo fiel a ti mismo y dejándolo por escrito si es necesario, pero luego… aceptarlo y seguir adelante! Es increíble lo que puedes conseguir si inviertes tus energías en hacer las cosas que tienes que hacer en lugar de protagonizar luchas internas cuestionando decisiones que no están bajo tu control.
2. Tener razón o aceptar que no la tienes
No importa lo mucho que pueda desagradarte uno de tus compañeros de trabajo, si él o ella tienen razón sobre alguna cosa, admítelo. No te molestes en defender tu antigüedad o tu poder, eso nunca ayuda a completar el trabajo. No importa por qué, ni lo mucho que esa persona te moleste, si su aporte contribuye al éxito del trabajo, averigua como trabajar juntos y continúa.
3. Aprende a trabajar con elementos impuestos
Muchas veces es necesario trabajar con nuevos compañeros que son impuestos por los superiores o que estratégicamente se hacen necesarios para el objetivo de tu trabajo. Lo importante es analizarlos e identificar sus fortalezas y debilidades, todos las tenemos, para poder sacar provecho de las circunstancias.
4. Acepta la responsabilidad del resultado de tus acciones
No malgastes tiempo echando la culpa a otros. Admite tus errores y sus consecuencias. Aprende de esos errores pero que no se te meta en la sangre. No cuestiones ni justifiques lo que ya pasó, pues ya pasó! y justificándolo no cambiará, sigue adelante con lo que importa: el hoy y el mañana.
5. Céntrate en tu objetivo
Recuerda siempre ¿Por qué estás en ese trabajo? ¿Por qué decidiste entrar la primera vez? Si tu objetivo original todavía es válido, aférrate a él. Si no lo es, cámbialo y gira el timón de tu vida profesional hacia un nuevo objetivo. Lo importante ir hacia algún lado en lo que haces día tras día, no pierdas tu norte de vista.
6. Maneja a tus Superiores o Inversores
A estos personajes les gusta tener paz y muchas veces piensan que la tendrán cuando tengan control de todo. Pero tener control total en un puesto de liderazgo no es posible, para eso te tienen a ti. Lo que debes hacer para manejarlos, y darles la paz que quieren, es anticiparte. Si ya sabes cuál es la información que necesitan y les gusta recibir; dásela antes de que te la pidan, de esa manera ganaran confianza en tu manera de trabajar y no estarán hostigándote.
Sé que estos consejos son más de control emocional que de control de tiempo y productividad. Sin embargo, en base a lo que veo y he vivido, necesitamos ser conscientes que si no manejamos nuestras emociones ante lo que pasa en nuestro entorno laboral, no podremos aplicar ninguna técnica de productividad con éxito, ninguna!
En el mundo profesional de hoy, en donde se coloca en las aptitudes de las vacantes “saber trabajar bajo presión” es realmente necesario controlarse. Y no digo que estar en un trabajo en donde el diario vivir sea exponerse ante situaciones difíciles y de estrés sea lo ideal, por supuesto que no lo es; pero hoy en día es la realidad y siempre es vital tener control emocional, ya sea porque necesitas esos ingresos mientras te mueves hacia tu principal objetivo o por cualquier otra razón. Sean cual sean los motivos por el cual estas trabajando donde estás, maneja tus emociones… no permitas que se apoderen de tu concentración ni de tu mente. En medio de una tormenta emocional no todos los días serán buenos y productivos, pero siempre es mejor tener 2 o 3 días productivos a la semana que ninguno.
Espero les sea útil esta entrada, luego nos vemos con más tips de productividad y de gestión del recurso más importante que existe y que tenemos todos por igual… nuestro tiempo.